
Lo escribí pensando en esta canción de James Taylor, que es muy blandita, pero, que queréis que os diga, a mi me gusta.
LA BALADA DEL COSMONAUTA
La arena del planeta empieza
a deslizarse como un día ventoso de playa. Las rojizas cordilleras casi parecen
estar bailando un mudo vals y la luz se esconde rauda en el horizonte. Pronto
no quedará más que oscuridad en el infinito desierto.
Como tus ojos, Tanya.
Justo en el momento en
que el último rayo abandona la superficie marciana, con ese último destello, casi
me parece tenerlos delante. El mismo fuego oculto bajo la tristeza más negra. “No
puedo estar con alguien como tú”, había sido tu respuesta.
«Base de Baikonur llamando
a transbordador.»
Decían en la academia
que el espacio era un lugar frío y solitario. Advertían que el miedo a no
regresar llegaba a ser paralizante. En cambio a mi, el estar observando esta
esfera vestida de arcilla durante horas, sólo me provoca una abrumadora tranquilidad.
Solías decir que esa
actitud me hacía parecer un marciano. ¡Qué apodo más irónico ha resultado ser!
Sentado en la cabina, suelo
escuchar los discos en inglés que tanto nos gustaban, mientras me dejo invadir
por la nostalgia. Al menos a millones de kilómetros de la Tierra aún podemos
escuchar a los capitalistas.
«Torre de control a Teniente
Bokurov, responda. »
Una suave y nasal voz resuena
desde el cuadro de mandos, mientras que, acompasados a la música, un par de
asteroides giran frente a la ventana, seduciéndose el uno al otro hasta su
inevitable destrucción. Qué suerte tienen de poder estar juntos hasta el final.
A nosotros se nos cruzó un brillante astro en la pista de baile.
Le llamaban Valentino
por su parecido con el actor y sus innegables capacidades de seducción. Era de
los que miraba por encima del hombro y se vanagloriaba de heroicas gestas, imposibles
de comprobar. A ti te encandiló bien pronto. “Un camarada de los de verdad”,
alardeabas al tiempo que me juzgabas condescendiente con tus ojos ya apagados. Pero
como no darte la razón si me importaba un comino en que país acabáramos si podía
tenerte.
Oí que os casasteis nada más terminar la academia.
«¡Bokurov, coja el maldito
comunicador! ¡Es capital que regrese, la patria necesita del transbordador!. »
Supongo que tendré que
contestar, será algo nuevo de su cansina e interminable guerra.
Ya hace trece años del
viaje con el que Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en órbita. Nos recuerdo,
dos niños ansiosos frente a la radio del Sr.Gusev para escuchar la hazaña. “Dicen
que esto acabará con la disputa”, te aseguré entonces. “Eres un niño muy raro”,
sonreíste con fulgor en los ojillos. Aquella noche prometimos que si Gagarin no
traía la paz de las estrellas lo haríamos nosotros.
«Aquí ‘el marciano’,
inicio protocolo»
Mientras comienzo a
reiniciar los paneles, me visualizo en mi papel al regresar a la Tierra. Otro
peón en un absurdo conflicto, patriota para mis camaradas y villano para los del
otro lado del océano. Y sin haber podido cumplir la promesa que nos hicimos.
Decepcionado, observo el
terroso planeta por última vez tratando de hallar la respuesta.
«Bokurov, cortando
comunicaciones. Ha sido un placer, camaradas.»
En este 22 de agosto de
1974, sin discernir entre día o noche que anotar en el diario, cambio el rumbo
de la nave y me dejo caer suavemente en dirección al planeta rojo.
El bufido de los motores
desperezándose me devuelve una euforia que ya no recordaba. Río como un loco sólo
con pensar en cómo van a enloquecer en Moscú.
En pocas horas le haré
por fin verdadera justicia al apodo que me pusiste.
A mi regreso seguro que
Valentino se va a morir de envidia.
Hacía tiempo que no visitaba a este guionista cuentista :P Mira por dónde he sido el primer en comentar este texto. La lectura me ha hecho recordar la canción que M-Clan popularizó en nuestro país (aunque no es suya), "Llamando a la tierra" que dejaba al oyente con esa sensación de un tipo perdido en el espacio por la soledad que encontraba allí.
ResponderEliminarEn este caso es soledad a medias diría yo, porque "el marciano" no se siente tan sólo, pero sí extraña a esa persona. Y bueno, quien sabe si hará historia con su decisión final :)
¡Un marciano saludo compañero!
Un saludo, José. Gracias por pasarte y dedicarle un rato a este cosmonauta. Ojalá le hubiese podido dedicar algunas líneas más, pero el límite es lo que tiene.
EliminarUn gran abrazo.
Buenas Tardes José,muchas gracias por compartir,es un cuento inspirado en una realidad no muy lejana.Un abrazo de Luz.Inés Lorenc
ResponderEliminarGracias Inés. Aunque no tengo muy claro si querías escribir aquí o en uno del compañero José. Aún así, gracias y un saludo.
EliminarMe ha encantado tu relato. LLeno de misterio, con la dosis exacta de realismo y ese fondo romántico.
ResponderEliminarun abrazo
Gracias Mirna. Aprecio mucho tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Has sido el último en hacer llegar tu relato, pero la espera ha valido la pena. Precioso relato sobre el desamor y la soledad, y el baile de los asteroides es de lo mejor. Un saludo y suerte.
ResponderEliminarGracias Bruno. Lo de llegar el último es muy común, porque no me decido con facilidad a ponerme al lío con oos relatos. Me alegran mucho tus palabras. Suerte a ti también.
EliminarLa soledad del espacio, un escenario como ningún otro para atraer fantasmas del pasado vestidos de nostalgia. Me ha encantado el tono de tu relato, a medias entre lo crítico, lo triste y lo irónico. Sin duda hay pérdidas que no se superan...
ResponderEliminarMuy bueno, como dice Bruno has sido el último en presentar relato al concurso pero ha merecido la pena. ¡Espero que tengas mucha suerte!
Un abrazo.
Gracias Julia. Yo también te deseo mucha suerte, me gustó mucho tu divertido relato.
EliminarUn abrazo.
Un relato estupendo donde el baile y lo romántico se mezclan con el tiempo, el pasado y lo hace se realidad. Quien sabe si por llegar el último te pones el primero. Suerte amigo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias María del Carmen por tus bonitas palabras. Suerte a ti también.
EliminarEspero que tengas suerte en el concurso. El relato me gusta, rezuma melancolía y está muy bien escrito. Yo pongo el acento musical en "Space Oddity" (¿has visto el video del comandante Chris Hadfield en la estación internacional?). Saludos!
ResponderEliminarHola Gerardo. Adoro a Bowie y por supuesto que es la primera canción que se me viene a la cabeza (y sí, vi el fantástico video que comentas). Pero me apetecía huir un poco de lo evidente y la música de James Taylor me daba el tono que buscaba. Gracias por la visita, y un saludo.
EliminarSiempre complicado ajustarse a un límite de palabras, tú lo haces a las mil maravillas Alejandro. Además, le has dado un nuevo giro a la propuesta. En lugar de presentarnos a un marciano en la tierra, nos cuentas la historia de un “marciano” terrícola hacia el planeta rojo, jugando con esas distintas acepciones de la palabra. Gran idea y estupendamente plasmada, sin duda. A mí también me recuerda a esa canción que dice José Carlos, pero en esa base de la soledad sideral, tú has urdido una historia de amor frustrado con tintes sociales y políticos (genial eso de que sólo puede escuchar canciones capitalistas a millones de kilómetros de distancia) y con esos guiños históricos (puede que nuestro amigo ruso ya estuviera en Marte cuando llegaron las primeras sondas americanas) que la hacen única.
ResponderEliminarBuen trabajo compañero.
Te felicito. Mucha suerte.
Un abrazo
Bueno Isidoro, más que complicado, me resulta incómodo. Tengo la sensación de que le estoy robando a la historia muchas cosas que contar. No ha sido aquí diferente, pues me hubiese gustado recrearme en muchas cosas y he tenido que pasar de puntillas. Si utilizo estos concursos son un poco por activarme y obligarme a sentarme a escribir (además que me ayudadn a aprender a sintetizar). Los guiños que comentan daban para mucho juego, que se tendrá que quedar para otro relato.
EliminarUn abrazo, Isidoro. Gracias por la visita.
Muy buen micro, Alejandro.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Gracias Mª Jesús. Un abrazo!
EliminarMarte en este caso se convierte en el destino final del cosmonauta desesperado por la traición y la soledad. Un peón más de este juego absurdo de buscar donde no hay, olvidando lo que se tiene.
ResponderEliminarSuerte y saludos
Gracias por la lectura, Francisco. Suerte a ti también.
EliminarMuy hermoso, me hizo recordar un poco a una canción de Soda, "Hombre al agua". No hay espacio exterior, pero me parece que la idea es la misma.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Denise. No conozco la canción, pero le voy a echar un vistazo. Un saludo!
EliminarNo sé porqué crees que te quedas corto en tus relatos. Con poco se puede decir mucho y tu lo has hecho. Ya sabes, muchas veces menos es más.
ResponderEliminarTienes frases super bellas. Y me das envidia.
Un besote, Alejandro.
Gracias Sue. A mi no me gustan mucho los relatos cortos, ya lo sabes. Se me ocurren demasiadas cosas que luego tengo que dejar fuera y eso me produce sensación de frustración. Pero bueno, algo queda, y que te haya gustado me alegra mucho. De envidia nada, que tú tienes una imaginación la mar de interesante, tal y como has demostrado en este certamen. Un beso, guapa.
EliminarCoincido con algunos comentarios, no creo que te hagan falta más palabras para tejer un magnífico relato. Creas bellas imágenes y transmites la melancolía y la soledad del astronauta. Imagino al cosmonauta ruso escuchando "Across the universe" o "Ligth my fire" (canciones que han sonado en el espacio) mientras contempla los asteroides y decide cambiar el rumbo hacia el planeta rojo. Suerte en el concurso. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Jose por tus amables palabras. Muy interesantes las elecciones musicales que nombras, quizá menos obvias que la magnífica Space Oditty de Bowie. A mi es que se me ocurrió la idea escuchando la que puse, y ya no la podía separar de la escena.
EliminarEn el concurso no hubo suerte. Espero verte en alguno próximo. Un abrazo.
Me parece un relato intenso, nostalgico y a la vez con un punto divertido que te mantiene enganchada todo el tiempo. Me encantó ese final en el que casi pude ver al protagonista decir un ¡toma ya, tu te lo perdiste!. Muy bueno, mucha suerte y un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mariola. El punto divertido me ha quedado un poco más diluido de lo que me hubiese gustado, pero me alegra que algo haya quedado. Gracias y un abrazo.
EliminarLeer un relato corto tuyo para mi es como un pavo real con la cola anudada con una soga: es bello, pero sé que sin las ataduras podría desplegar un colorido magnifico y que me estoy perdiendo el suave balanceo de las plumas mientras recorre su camino el animal. Una vez superado eso y sabiendo que las normas de los concursos mandan, quiero felicitarte una vez mas por el tesoro que guardan tus textos, que es su tremenda humanidad. Incluso partiendo del tema de un marciano eres capaz de recrear un personaje tan creíble y humano como este. Si a eso le añades la belleza de las imágenes, tu otro fuerte, el resultado es este relato. No te deseo suerte en el concurso,no la necesitas, solo pido que el resultado sea justo.
ResponderEliminarY que lo digas, Rafa. Aunque te pasas un poco, sí creo que un relato tan corto no deja tiempo de nada, menos para profundizar un poco en la psique de los personajes, que a ambos es lo que nos gusta. Pero a ver si supero el bache post-Yamika y me pongo con algo grande.
EliminarEl concurso no pudo ser, pero la justicia está en que otros han gustado más, pues pocos certámenes son tan democráticos como éste.
Un gran abrazo, amigo.
Ya veo que tu marciano ha conquistado medio mundo. Después de todo lo que te han dicho, a mí sólo me queda recordarte que cortos, largos o medianos, lo que brilla en todos tus relatos es el talento de un buen escritor. Dices que te cuesta sintetizar has sabido darle el toque mágico que convierte un montón de palabras en una gran historia. No le falta nada: ternura, melancolía, amor, desengaño... y ese sentido del humor tan tuyo que tanto me gusta. Enhorabuena, Alejandro. Un beso
ResponderEliminarQuerida Ana, eso de medio mundo es porque al participar en el certamen de el círculo de escritores, tienes mucha más visibilidad que con otras cosas. Ya me hubiese gustado a mi que el Dios del viento o Helena hubiesen tenido la mitad de lectores, pero en fin, así funciona esto del internet literario.
EliminarLo de sintetizar es verdad, y yo creo que es porque no me gusta, me parece anti orgánico, como si no dejara respirar al texto cuando me lo pide. Aún así sé que dices de corazón que te ha gustado. Algo sí que puede que tenga (aunque también le falta), pero siempre te queda la cosa de que podía haber mucho más. Quizá me de por revisarlo y hacerle justicia en el futuro.
Un beso Ana. Gracias por todo.
Es cierto que un límite tan escaso de palabras obliga a contar menos de lo que desearía, pero bueno yo he concursado en el circulo con 300 y eso si que te restringe jeje. Poco se puede añadir a lo que han dicho ya otros compañeros, destacar que aunque es un relato de ciencia ficción tiene un deje melancólico y algo trágico. No se si la historia está basada en algún hecho real, por la fecha en la que lo sitúas y la exactitud de la misma. He buscado referencias en google pero no he encontrado nada sobre Bokurov ni esa fecha en concreto, me pica la curiosidad :) Cuando escribo esto ya han publicado el resultado del concurso, veo que no ha habido suerte aunque entre tanto relato es complicado hacerse un hueco. Saludos Alejandro.
ResponderEliminarGracias Jorge por tus palabras. Los límites no gustan, y si me dices 300 como te pasó a ti, pues ya no creo que ni participaría, demasiado para mi gusto por el desparrame de letras. Lo que dices de la historia real, pues tenía mucho pensado que no entró. Evidentemente, lo único real, a parte de Gagarin, es que por esas fechas ya se mandaron sondas a marte por parte de la URSS. Me hizo gracia pensar que, secretamente una de ellas pudiera ser en realidad un viaje tripulado, y que diera lugar al primer colono, un tipo hastiado de su mundo tanto como para arriesgarse así. Bokurov es una variación de Aleksndr Sokurov, un director de cine ruso, y simplemente se llama así porque fue el nombre que me vino a la cabeza.
EliminarUn saludo y gracias por la lectura.
Estoy con Rafa Codes, como te conozco, no puedo evitar a cada paso quedarme pensando que por ahi habrías podido sacar más jugo. Ya sabes además lo que disfruto tomando prestadas historias con las que buscar otros rumbos. Que conste que no estoy haciendo una crítica negativa, solo que, por exigencias del guión, se me ha quedado en un corto cuando tenía material para todo star wars. Un abrazo
ResponderEliminarToda la razón tienes, amigo. Pienso igual y casi siempre me arrepiento de participar en este tipo de concursos porque siento que estoy traicionando a la historia. Pero no temas, pronto vuelvo con un tocho de diez folios, en mi línea, para que puedas decir que sobra pero no que falta.
EliminarUn abrazo, jefe.
Muy bueno, Alejandro. Un relato con un fondo romántico y solitario. La ciencia ficción se transforma en un recurso, en un escenario, que sirve para contar una historia muy humana. Me gustó mucho esa broma tan contextualizada acerca del marciano. Comparable al gran Ray Bradbury.
ResponderEliminarAbrazo!
Ray Bradbury son palabras mayores, Federico. Muchas gracias por leerlo y comentarlo. me alegra que lo hayas disfrutado.
EliminarAbrazo, compañero!
Luego de leer este micro y conociendo tu inmensa imaginación, que ve brotes tiernos por todos lados que pueden dar buenos frutos y los tienes que aplastar, recortar, descartar, debe ser frustrante como dices entregarte a un relato que te acota, que no permite extenderte como quisieras. Pero así es el juego, las reglas que debes cumplir.
ResponderEliminarDicho esto, quiero comentarte que me ha encantado la ambientación que tiene toda la historia, esa nostalgia del recuerdo que embarga al protagonista desde el inicio. Has utilizado esa herramienta de la voz de la torre de control para mostrarnos sin tener que explicar, el desdén del “marciano” por cumplir las reglas, la necesidad que tiene de cumplir sueños, aunque signifique cortar la comunicación, obedecer a su corazón a pesar de las consecuencias.
Has hecho un bonito trabajo, lo he disfrutado mucho. Espero que te encuentres bien. Te seguiré leyendo, revolviendo dentro de este baúl de sueños. Te mando un gran abrazo.
Ariel
Gracias, Ariel, eres muy generoso con tus comentarios. A mí esta historia no me terminó de convencer, pero como bien apuntas el contar con un límite no me resulta nada agradable. Ahora estoy desconectado de todo este mundo, pero soy consciente de que tendré que volver en algún momento, aunque sea para leeros.
EliminarOtro gran abrazo para ti, compañero.
Tómate tu tiempo, te comprendo, solo quiero que sepas que se te extraña. Un gran abrazo desde Buenos Aires!!
EliminarAriel