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lunes, 11 de mayo de 2015

Relatos: MIEDO

Hola a todos. Esta vez si llegué a tiempo al concurso del círculo de escritores. En esta ocasión, el tema era "Relatos Medievales". Aunque no tuve suerte, este relato me ha servido para aprender a condensar la historia, ya que el límite volvía a ser de 600 palabras. Para mi gusto queda corto y me hubiera gustado desarrollar algo más los personajes y poner diálogos, pero lo cierto es que se puede contar este cuento en las palabras dadas.
Por cierto, os dejo el enlace de los ganadores del concurso, para que leaís sus fantásticos relatos: Ganadores del concurso.

Espero que os guste este cortito cuento. No os mal acostumbréis que lo normal es que vuelva por mis fueros con kilométricas parrafadas.
Y gracias por leer.

Miedo
Escrito en mayo de 2015 escuchando "Rey Sol" de Vetusta Morla.
Te miro y no veo miedo en tu rostro. Tus ojos, tenebrosos como agujero en la roca, parecen perdidos en un lugar lejano. Bajo tus pies, la plebe grita y maldice tu existencia. Te llaman hereje y escupen tratando de alcanzar lo alto de la pira donde te hemos atado. Duele ver como los que no hace tanto se inclinaban ante la solemnidad de tu figura, te desprecian y ríen tu desgracia.

Con las campanadas de la iglesia, el verdugo procede a prender la base de la hoguera. Las llamas no tardan en nacer y empezar a subir por la madera. Resulta irónico que el mismo fuego que dominabas con la facilidad que un chiquillo juega con lagartijas, vaya a ser el que finalmente te lleve con la parca. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

Relatos: EL PASAJERO

La música como catalizador de ideas. Como resorte para que la imaginación fluya y conquiste el papel en blanco. Como auténtico inspirador en los días más grises.

Hay veces que es el relato el que te lleva a una música determinada, y ésta dota al escrito de nuevos matices. Y luego hay otras, como el que hoy os traigo, en las que la canción es la que hace nacer el cuento, enarbolando la historia e incluso convirtiéndose en un personaje más, llegando un punto en que ya no puedes separar el relato de la canción ni la canción del relato.

"Didn't need possessions anymore" by Seth Rader (CC-BY-NC-SA)
Esta historia nace a partir de la canción "The Passenger" de Iggy Pop (como siempre, para oírla, pinchad en el enlace a la derecha del título del relato). Después de haberla escuchado cientos de veces, un día la pusieron en la radio, y, sin darme cuenta me encontré imaginando a un tipo caminando al ritmo de la letra de la canción. Ese "pasajero" pronto se convertiría en Claudio Buenrostro, un personaje de Best-seller, obligado a vagar por paisajes desiertos a capricho de su creador. Y claro, como suele pasar, la trama se me fue complicando. De esa manera nació el otro lado de la historia, con Martina y Rafael Torres.

Os animo a que os embarquéis en este viaje de realidad y ficción, de ilusiones y decepciones. Como dijo Iggy, a ser el pasajero de esta historia. Y viajar, y viajar...

El pasajero             Escrito en febrero de 2012 escuchando "The Passenger" de Iggy Pop.


Llevaba en aquel lugar bastante tiempo, pero la situación aún le inquietaba. Parecía encontrarse bien de salud, no se notaba ningún dolor, ni parecía tener problemas para moverse. Intentó pensar en alguna operación compleja para cerciorarse que podía razonar con claridad. Resolver un logaritmo debería ser suficiente, por lo que se puso a elucubrar la cuenta en su cabeza. Pasado un rato llegó la conclusión de que sería incapaz de hacerlo y empezó a preocuparse. Pero, tras un angustioso momento, se acordó de que nunca había sido muy resuelto con los números, y entonces se quedó algo más tranquilo. Su necedad denotaba su estabilidad mental. Aún así no conseguía recordar cómo demonios había llegado allí. 

lunes, 20 de octubre de 2014

Relatos: JOHNNY CALAVERA

Hoy os traígo un relato protagonizado por un personaje muy especial. Las peripecias de Johnny Calavera han convertido esta historia en uno de los relatos a los que tengo más cariño. Espero que lo disfrutéis tanto como lo hice yo mientras lo escribía.
"Rockabilly Skull" by inkedforlife (CC BY-NC-ND)

 Johnny Calavera
Escrito en Marzo de 2014 escuchando "The piano has been drinking" de Tom Waits.

El ejido de Saint Mittre es ahora un yermo cubierto de tierra color ceniza en la que la vida parece que hace tiempo se escabulló. Tan sólo cientos de tablones de madera apilados junto a una esquina rompen la monotonía.
Algunas noches, las fogatas provenientes de las caravanas de los gitanos, dan un toque cobre y rojizo a la triste estampa en que se ha convertido el otrora colorido paisaje. 
Pero el ejido, como casi cualquier lugar, tiene su particular oasis. Entre las pilas de maderos, amontonados como un enjambre perfecto, si se sigue por los estrechos senderos que misteriosamente se van formando, se llega a una ancha vereda. Allí no hay lugar para tonos apagados. Un tapete de espeso verdor cubre todo el área, dónde crecen flores por doquier con las pigmentaciones más variadas; amarillas o azules, rojas o moradas.