lunes, 28 de diciembre de 2015

Colaboraciones: La felicidad, la foto, El Culebras, el convertible... de Ángel Zurdo

Quién tiene un amigo tiene un tesoro. O al menos eso dicen. También dicen que únicamente se pueden tener un puñado, que muchos sólo se tienen colegas. Así que cuando Roberto Carlos cantaba aquello de "yo quiero tener un millón de amigos", en el fondo debia estar más solo que la una (esto podríamos aplicarlo también a los que tienen mil y pico amistades en las redes sociales).

Sin querer separarme de ese tema, y aunque suene a topicazo, es cierto que la vida te coje muchas curvas cerradas que te llevan a caminos que nunca imaginarías. Así he acabado yo siendo funcionario en la Agencia Tributaria y conociendo a un tipo como Ángel Zurdo, un  chaval en el cuerpo de un adulto, de pies veloces e imaginación que rompe las paredes. Y eso que empezó siendo mi jefe y como que imponía. Tal dominio de las nóminas y la productividad (creedme, es un mundo), me hacían verlo como una especie de John Nash de las retribuciones administrativas. Lo que no podía esperar es que detrás del profesional se escondiera alguien con quien compartía muchas formas de ver las cosas y que se convertiría en el acicate que yo necesitaba para sentarme de nuevo a escribir. Además, a parte de los relatos personales que hemos escrito cada uno, hemos abordado más de un proyecto literario juntos, y disfrutado de alguna que otra "broma", como el divertido cuento que os traigo hoy en el que se ha inspirado en una foto del facebook en que mi pareja y yo, en medio de una boda, habíamos perdido ya el sentído del ridículo...

Así que nada, que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Yo tengo unos cuantos rubíes y otros tantos diamantes. Este cabroncete es uno de ellos.
Disfrutad con la vida que nos ha inventado.

La Felicidad, la foto, el Culebras, el convertible…
Por Ángel Zurdo
A Raquel y Alejandro. 

Vaquero en “El Hormiguero”: “la felicidad es levantarse a hacer un pis a mitad de la noche, mirar el  despertador y comprobar que aún te quedan cuatro horas ¡Sí Señor! ¡Qué felicidad!” 

Ya está aquí la felicidad. Me levanto y, con los ojos cerrados, voy al servicio. De niño, cuando me iba a la cama, me daba miedo cerrarlos, me habían dicho que si me moría después de haber sido malo, aunque solo fuera por haber tenido un pensamiento impuro, iría al infierno. Y yo era muy malo (por lo menos “muy impuro” y no solo de pensamiento, otro día les hablo de mi amiga Fifi) por lo que me quedaba un buen rato con los ellos bien abiertos hasta que el sueño vencía al diablo. Ahora en cambio me da miedo abrirlos en mitad de la noche, no vaya a ser que luego no pueda volver a cerrarlos. Así que tratando de mantener lacrado el sueño con mis párpados, regreso y, a ciegas, me meto nuevamente en la cama. Finalmente Vaquero se transforma en un pequeño diablo que cala en mi cabeza y no para hasta lograr que yo mire la hora: las 4:33 anuncia Roxanne (le doy ese nombre porque a mi despertador le ocurre como la heroína de Police, la luz roja es su seña identificativa).

jueves, 3 de diciembre de 2015

Acordes: "Boys are back in town" de Thin Lizzy

Thin Lizzy
De nuevo resurgiendo de entre los muertos, vuelvo a hacer una aparición por este casi abandonado espacio. No voy a poner excusas y lamentaciones, que para eso se inventaron ya el facebook y los rellanos de la escalera. Sólo comentaré que con esta entrada pretendo reformular una sección que sí que estaba completamente desahuciada.
Cuando empecé el Blog, todo eran expectativas, y la idea de tener varias secciones además de los relatos, se me antojaba asumible. Un año después, y tras publicar solamente un puñado de entradas de cine y música, ambos apartados han quedado en el olvido.
Pero lo cierto es que estas dos aficiones siguen siendo mi mayor fuente de ideas a la hora de escribir. Concretamente, la música resulta especialmente inspiradora cuando me encuentro con los (habituales) periodos de musas perdidas. Por eso, me propongo (a mi ritmo lento habitual, no os creáis) ir colocando en esta sección esos relatos que, de alguna manera, están a caballo entre lo que es un relato y lo que es una canción.

Brevemente os cuento un poco el génesis de esta reformulación. Y es que, desde hace un tiempo, tengo un "juego" con mi amigo, Ángel Zurdo (del que os colgaré próximamente un divertido relato en el que se 'mete' con el que os escribe), en el que uno propone una canción y los dos escribimos lo que nos inspira. Hasta ahora han caído "A horse with no name" y "Riders on the storm". El relato que os traigo hoy es una 'evolución' de ese juego, más libre, sin que ninguno imponga una canción y que, además, lanzamos como reto al resto de escritores de la Agencia Tributaria (con algunos resultados muy interesantes). Espero que disfrutéis de este experimento.

*Nota: Al estar tan intrínsecamente relacionado con la canción "Boys are back in town" (Thin Lizzy, 1976), y en las sensaciones que al escucharla me transmite, os pediría que tratarais de leerlo escuchando la música. Tenéis el vídeo bajo estas líneas.



The boys are back in town  

Hoy me parece oír la música que invita a volver a casa,
época de acordes simples y melodías pegadizas.
Quizás es que ha pasado demasiado desde que nos saltábamos la clase.
El instituto acabó hace ya cien años,
pero hoy juraría que se vuelve a escuchar la campana.

Guess who just got back today?
Those wild-eyed boys that had been away
Haven't changed, haven't much to say
But man, I still think those cats are great
(¿Adivinas quién acaba de volver?
Aquellos chicos de ojos salvajes que habían estado fuera
No han cambiado, no tienen mucho que decir
Pero tío, sigo pensando que esos gatos son geniales.)






domingo, 1 de noviembre de 2015

Premios: "Soy el mejor del mundo mundial y que lo sepa todo el mundo"

¿Se hace "De guionista a cuentista" un harakiri?

Siempre he sido uno de esos que no sabe tener los pies en la tierra. No debería tener más de diez años y ya me estaba preparando el discurso para cuando recogiese el Óscar. Con el tiempo, lo he ido repasado muchas veces y le he ido añadiendo matices. Porque tenía clarísimo que ese día llegaría más tarde o más temprano. Vamos que de ego no andaba corto.
 

“And the winner is…” Todos rompiendo a aplaudir, conmovidos ante tal acto de justicia. Frente a la entregada audiencia cito a Kubrick, a Takeshi Kitano, y hasta me pego una marcada con Kurosawa. Y para rematar suelto algo así como "A todos los niños que creen que los sueños son imposibles, desde aquí os digo que sí, que se puede". ¡Toma discurso, Trueba!

Como veis, no tenía problema en dejarme crecer las alas. Pero tanto volar, el tiempo no hace prisioneros y te llena de piedras los bolsillos. Quizá por el peso, quizá por cinismo, me he ido dando cuenta de que no me viene mal bajar al suelo de vez en cuando, y aceptar que no soy Hitchcock reencarnado,  que no voy a tener a Spielberg pidiéndome autógrafos ni a la Scarlett Johansson persiguiéndome cual groupie rockera. Con esto no quiero decir que haya vencido mi egocentrismo. Ni mucho menos. De hecho, mi buen amigo AZG me ayuda de vez en cuando a centrarme, recordándome que no debo estar pendiente de si un relato se lee más o se lee menos. Una difícil lucha la de este hombre ante un caprichoso como yo. Bendito.

lunes, 19 de octubre de 2015

RELATOS: TANDA DE PENALTIS

Hola de nuevo. Ha pasado muchísimo desde la última publicación. Como me voy quedando ya sin disculpas en la
"Goal" by Tom Beardshaw (CC BY-NC-SA)
recámara, esta vez sólamente os dejaré con el relato, que para eso entráis en el blog.

Eso sí, como cada vez estoy publicando menos (ya me he quedado casi sin relatos antiguos y hay que dosificarlos), os pediré que, a los que estais interesados en seguir el blog, quedad atentos a facebook, twitter o google+.

Sin más os dejo con un relato que escribí hace ya  tres años. Si lo hubiese hecho ahora, creo que habría quedado bastante distinto. Pero, bien pensado, puede que entonces tuviese más frescura, menos cortapisas a la hora de sentarme a escribir.
Se trata de una historia de chavales, de esas que tanto me gusta contar. Fácilmente podéis asociarla con "Comando Willy" o "Philippe Marcel". Espero que la disfrutéis. Intentaré que el próximo relato tarde menos en llegar.

Un abrazo y mil gracias por leer y comentar (y por compartirlo, que siempre viene bien ;).

Tanda de penaltis                                                        Escrito en noviembre de 2012
Un golpe seco hizo retumbar la puerta del garaje. La redonda mancha de agua goteando sobre el negro metal no dejaba lugar a dudas, era un diez como una catedral. El mamón había vuelto a ganar.

Mientras Lucas lo celebraba con su clásica “quitada de camiseta y vuelo a lo avión”, cogí el balón de gomaespuma y me dispuse a lanzar de nuevo.


El juego consistía en meter bien en el charco la pelota para que empapara y lanzarla a la escuadra de la improvisada portería. Quien más cerca quedara de la esquina, más puntos sacaba. La mancha determinaba el lugar, como la equis que marca el lugar del tesoro. No se necesitaban porteros, más que nada porque ninguno quería ser nunca portero y nos habíamos hartado ya de discutir sobre el tema.
Sí estábamos de acuerdo en la indumentaria: los dos llevábamos, por supuesto, nuestras camisetas del Barça. La mía ni siquiera era la del equipo, sino que era de un morado gastado, cómo un chicle de cola demasiado masticado. Si no llega a poner Barcelona en el medio, podía haber pasado por la de cualquier otro equipo. La suya sí que era la buena, escudo cosido, colores vivos azul y rojo, y el número diez, que creo que llevaba un brasileño (del que nuestro colega Fede contaba que marcaba tantos goles como fiestas a las que iba).


Éramos el futuro de nuestro equipo esperando a ser descubiertos.


miércoles, 26 de agosto de 2015

Relato corto: INNOCENT WHEN YOU DREAM

"One kiss under the water" by Gemma Bou (CC BY-NC-ND)
Con motivo del concurso de relatos éroticos "Fantasías Textuales" del círculo de escritores, publico este cortito relato (máximo 500 palabras, con lo que me cuesta a mi no enrollarme), esperando que os guste.
La música(que da nombre al relato), esta vez, la pongo en video.





INNOCENT WHEN YOU DREAM

La barra está pegajosa y la ginebra sabe a detergente. Apenas quedamos tres cuarentones en el local dando hipnóticas vueltas a la copa, al tiempo que, desde una destartalada radio, el viejo Tom Waits acompaña con voz de whisky la patética imagen. Sirviendo con desgana, una muchacha masca-chicle que no para de mirar el reloj, ansiosa por cambiar etílicos vejestorios por un plan más acorde con su edad. En otros tiempos hubiera fantaseado con la idea de tontear con ella, quién sabe si incluso de quitarle la poca ropa que lleva. Pero, esta noche, me has jodido hasta la imaginación. 


Y es que, aunque ha durado un momento, has dado la vuelta a todo. Endemoniado resquicio, apareces cual ensoñación desde un vagón, tu cara de niña risueña y el viento meloso levantándote la falda. Igual que aquel verano en el que tus piernas llenaban mis sueños.


Ha sido un saludo frío. Un par de besos y como va todo. Bien gracias, cuánto tiempo y ya nos llamamos. No has dado pie para más, ni una mano furtiva, ni un vistazo con intenciones. Por desgracia, la edad te ha debido robar el descaro. 


Cuando Diana ha bajado por fin del tren, apenas he podido mirarla a la cara. Camino a casa, apenas cruzamos un par de palabras; detalles aburridos de su viaje, promesas de acompañarla al próximo. Al llegar, polvo de compromiso contaminado de rutina, gemidos exagerados y un orgasmo cargado de culpabilidad. Y, en cuánto la ha vencido el cansancio, me he escabullido hasta este tugurio, buscando cualquier cosa que calme mi obsesión. 


Pero, malditos estos hielos, yo tratando de olvidar y ellos, con sólo un balanceo, me transportan a las tórridas madrugadas de agosto, dos sombras jugando a colarse en la piscina de tus padres. Tú, valiente y ávida de emociones, arrastrándome con guiños y risas burlonas. Yo, embobado, siguiéndote como perro faldero, suspirando por sentir tus cobrizos rizos entre mis dedos. 


En aquellas noches te desnudabas a escondidas, más por sádica que pudorosa, zambulléndote antes de que pudiese devorarte con los ojos. El agua, oscura encubridora, se mezclaba con tu piel, marchitando la ilusión de distinguir un cuerpo adolecente que tanto anhelaba conocer. Visiblemente excitada, acercabas tus labios temblorosos, besos húmedos y todavía infantiles, haciendo crecer mi afán por explorarte. Aunque tú nunca dejabas pasar las caricias más allá de la cintura, obligando a inventarme tu anatomía. Entonces vislumbraba un valle sembrado de trigo por debajo del ombligo y te imaginaba el pecho de aquella actriz francesa tan exuberante. Mas, cada vez que parecía que derribarías el muro, volvía tu perversa timidez y desaparecías corriendo, oculta en la noche. 


Con la imagen de tu trasero desvaneciéndose en la penumbra, se rompe la magia del recuerdo y regreso a los borrachos taciturnos. Al tiempo que apuro otro vaso cargado de amnésico alcohol, escucho con ironía como Waits continúa mofándose de mis cavilaciones…


“It’s such a sad old feeling…
…it’s memories that I’m stealling,
but you’re innocent when you dream”

martes, 11 de agosto de 2015

Relatos: HELENA

Buenas a todos. Después de darme muchos quebraderos (Hay veces que te atrancas meses con casi cualquier historia), os
"Janelaprosoldet" by Shiko (CC BY-NC-SA)
dejo aquí el relato que he estado escribiendo estos días. Se engloba dentro de una saga llamada "Las últimas vacaciones", una iniciativa con la que varios compañeros de trabajo hemos estado jugando, aportando cada uno un cuento diferente. Por supuesto, a parte de respetar la temática, había que introducir en el texto unas palabras a cada cual más estrámbótica, tal y como ya ocurrió en "Carolina vs. the hipster" (sólo que, esta vez, las "six evil words" se han convertido en siete).

Dar las gracias a Rafa Maldonado, 'Rafiki', por inspirarme con su relato "La griega", que acompañado de la imagen de "La muchacha de la ventana" de Dalí (que no puedo poner en el blog, tema de derechos), fue dando forma a esta "Helena".

Sin querer dar mas pistas, os invito a que echéis un vistazo a este cuento, una historia que nada entre el erotismo y la actualidad política.
Espero que lo disfrutéis.

P.D.: Como siempre, hubo mucha música mientras lo escribía. Descubrí a Lana Del Rey ("Cola", "Videogames"), me relajé con Radiohead ("Karma Police") y me emocioné con Glen Hasard ("Leave", "Lies"). Y claro, como no, me fui de viaje con Chalres Trenet ("La mer").

Helena                                                           Escrito en Agosto de 2015
Los golpes en la puerta son cada vez más violentos. Los gritos, empapados del odio más visceral, apenas nos dejan oírnos entre nosotros. Reproches, amenazas y palabras ininteligibles deformadas por la rabia, retumbando de tal manera que parecen haber hecho un nido dentro de mi cerebro. Es tan desquiciante que siento ganas de arrancarme las orejas.

Me conoces bien, sabes que no me gusta esconderme. Si sólo vinieran a por mí hace tiempo que les habría abierto y acabado con la pantomima, pero son muchos los que han buscado refugio en nuestra casa  y no quiero ser quién les lance a las fieras. El salón está poblado de ministros y senadores, el alcalde y varios cabezas del partido que hace un año me colmaban de elogios para luego escupirme a la cara. También hay algún que otro funcionario que ha tenido la insensatez de mostrar su apoyo a los presentes. Como ves, este país sigue a rebosar de idiotas y lameculos. Me alegro de que estés lejos para no ver cuán bajo hemos caído. Si pudieras, creo que llorarías de impotencia. O, quién sabe, puede que te desternillaras como una loca, abrumada ante tanta ironía. Es algo que me encanta de ti, que contigo nunca se sabe.

viernes, 24 de julio de 2015

Relatos: BOYS DON'T CRY

Ya he contado muchas veces que mi gran influencia a la hora de escribir la componen la música y el
"Touchdown catch" by Clappstar (CC BY-NC-ND)
cine. Pues bien, esta historia aúna estas dos vertientes más que ningún otro relato. La idea me sobrevino viendo la (genial) serie "Friday Night Lights", una más que certera crónica de un grupo de chavales y sus vivencias, con el fútbol americano como telón de fondo. Y de escenario, un pueblo de Dallas, uno de esos en el que todo el mundo se conoce y todos tienen una opinión para cada mínima cosa. Y es que siempre me ha llamado poderosamente la atención el contraste que existe en esas regiones de Norteamérica. Jóvenes que, como todos, tienen ansias de libertad y ganas de romper con lo establecido, pero que están anclados en un lugar que los juzga a cada paso, tratando de convertirlos en clichés, persiguiendo que el tiempo sea inapreciable, que los hijos sean un clon de sus padres.
Con esa imagen en la cabeza, empecé la historia de Riley, y me puse a escuchar música para que las palabras fluyeran un poco (eso sí, el proceso fue leeento). Pero a diferencia de otros relatos, en esta historia, las canciones iban saltando de una a otra como en un reproductor en modo aleatorio, por lo que al final eran muchas melodías las que asociaba al relato, cada una a un momento en el periplo del protagonista.
Así, en esta historia plagada de música, el reproductor de Riley irá saltando entre las siguientes canciones:

“Boys don’t cry” de The Cure;
“You can’t always get what you want” de The Rolling Stones;
“Mr. Brightside” de The Killers; 
 “Jealous Guy” de Roxy Music; 
“Comfortably Numb” de Pink Floyd";
“We Never Change” de Coldplay;

Y son estas melodías las que van marcando el ritmo de su relato.
Espero que lo disfrutéis.


Boys don't cry

“El día que se apagaron las estrellas”. Así lo llamaron.

Y es que, aquella noche, ninguna de las figuras del instituto Wheatley consiguió concretar jugada alguna. Las esperanzas por renovar el título regional se consumieron en un instante, como si fueran la llama de una vela en medio de un huracán.

martes, 23 de junio de 2015

Relatos: Saga Abducido - STAR (DANCE) WARS

Hola de nuevo. En la anterior entrada os pedía que me comentarais que tipo de relato os apetecía esta vez, si un drama o un cuento disparatado. Después del "aluvión" de propuestas (gracias Valdi por tomarte el interés, esta entrada te la dedico a ti), ganó, por estrecho margen de 1-0, la opción divertida. De ahí a que os traiga un alocado relato, sin más pretensión que haceros reír.
Esta idea surgió de una nueva colaboración entre mis amigos Ángel, David, Eugenia y Fernando G.Crespo. Este último, propuso que nos inventásemos cada uno una historia donde el tema central fuera una abducción extraterrestre. Así que nos pusimos manos a la obra, lanzando señales al cielo en busca de alguna respuesta alienígena.
"Pay day! Pay day!" by JD Hancock (CC BY)
Después de leer las descacharrantes experiencias de mis colegas (los cuales están invitados a publicar en el blog sus abducciones), me encontré, como tantas veces, abandonado por las musas. Fue entonces, cuando escuché la historia de un singular bailarín. Uno que, tras un par de copas, relataba fascinantes historias interplanetarias. Tras mucho tiempo buscándole, todo lo que hallé fue esta carta, la cual utilicé tramposamente como relato ante mis compañeros literatos. En realidad, se trata de un documento único, de valor incalculable. Por eso, antes de que lo encuentre la CIA o el FBI, os lo cuelgo en el blog, para que seáis participes de la odisea de tan curioso personaje.
Espero que lo disfrutéis y dejéis algún comentario para el amigo marciano. No me hago responsable de una invasión alienígena si no escribís unas líneas. Avisados quedáis.

STAR (DANCE) WARS                                                           Escrito en febrero de 2015
La carta de confesión de un extraterrestre.

Queridos humanos, hoy, desde vuestra adorada tierra, mientras ensayo mis pasos en el duro arte de la salsa, quiero escribiros para intentar esclarecer los hechos que me han llevado a tomar la más difícil de las decisiones.

jueves, 11 de junio de 2015

Relatos: PHILIPPE MARCEL

El poder de la nostalgia es enorme. Que se lo digan a los vendedores de camisetas y merchandising variado que se están haciendo de oro con la generación de los ochenta.
Y yo, señoría, me declaro culpable. Porque todo lo que huela a mi infancia me hace perder la cabeza (y el bolsillo). Me produce una sensación muy reconfortante el recordar los dibujos que veía al volver de clase, los juguetes que pedías una y otra navidad, los partidos a vida o muerte del recreo... Y las estampitas. Maravillosos cromos que venían en sobres de seis u ocho, y que daban vida a unos vacíos álbumes, conviertiéndolos en ese momento en crónicas de incalculable valor emocional (económico no, porque a la mínima que tengas corazón es imposible deshacerse de ellos). Y teníamos tanto para coleccionar: de bola de dragón, Oliver y Benji, la liga de fútbol, las tortugas ninja, los dinosaurios...

"Halbzeit" by Daniel Stark (CC BY)
Algunas veces me he visto tentado a comprar algún sobre de los de ahora. No porque conozca sus
personajes, sino únicamente por recordar el placer que se sentía al abrirlo, rasgando el papel, deseoso de descubrir que cromos se esconderían en su interior. Aunque, como siempre pasa con la nostalgia, soy consciente de que tendemos a magnificarlo todo. Añoras esa sensación de expectación, pero ya no te acuerdas de la habitual decepción que venía después. Y es que encontrar por enésima vez el mismo cromo que ya tenías diez veces repetido era el pan de cada día. De ahí que completar un álbum fuese una tarea titánica, que requería tiempo y paciencia. Se podría decir que los cromos nos enseñaban el valor de la constancia y del trabajo. Al menos es una manera amable de mirarlo. Mejor eso que pensar que estábamos obsesionados y empezabamos a cultivar un claro síndrome de coleccionista compulsivo, ¿no?

Hoy os traigo un relato con el que vuelvo a esa feliz infancia (que no lo fue tanto, pero, ya sabéis, la distancia endulza), en esa época en la que las estampitas podían ser el centro de nuestra existencia y obtenerlas era tan grande como encontrar el arca perdida o conseguir el tesoro de Willy el tuerto. Espero que lo disfrutéis y os haga sonreír, que, después de un par de relatos oscuros, era hora de pasar a algo más alegre.

P.D.: Me disculpo por publicar cada vez menos. La realidad es que ahora, con tanto cambio, no tengo ganas de escribir nada y tiro de escritos antiguos. Os doy las gracias y os pido un poco de margen. Dicen que la inspiración siempre vuelve, y aquí estoy esperándola, con la red preparada para que no se me vuelva a escapar.
(Ya me diréis si queréis que el próximo sea humor absurdo o drama social. Os lo dejo a vuestra elección)

Philippe Marcel

Cada vez que abro la cartera y me encuentro este trozo de papel, escondido entre billetes arrugados y facturas, una parte de mi mente se olvida de anclar los pies y se evade traviesa años atrás. Durante un instante hasta casi me parece oír los gritos de la pandilla celebrando el último gol del recreo. Mi amigo Dani habría sido la estrella del partido, pero, como siempre hacía, me habría dejado el último tanto en bandeja, para que yo también tuviera mi momento de gloria.

Y, aunque el papel ahora está descolorido y medio destrozado, aún me recuerda al objeto majestuoso que fue, brillante y reluciente como una joya de piratas.

lunes, 11 de mayo de 2015

Relatos: MIEDO

Hola a todos. Esta vez si llegué a tiempo al concurso del círculo de escritores. En esta ocasión, el tema era "Relatos Medievales". Aunque no tuve suerte, este relato me ha servido para aprender a condensar la historia, ya que el límite volvía a ser de 600 palabras. Para mi gusto queda corto y me hubiera gustado desarrollar algo más los personajes y poner diálogos, pero lo cierto es que se puede contar este cuento en las palabras dadas.
Por cierto, os dejo el enlace de los ganadores del concurso, para que leaís sus fantásticos relatos: Ganadores del concurso.

Espero que os guste este cortito cuento. No os mal acostumbréis que lo normal es que vuelva por mis fueros con kilométricas parrafadas.
Y gracias por leer.

Miedo
Escrito en mayo de 2015 escuchando "Rey Sol" de Vetusta Morla.
Te miro y no veo miedo en tu rostro. Tus ojos, tenebrosos como agujero en la roca, parecen perdidos en un lugar lejano. Bajo tus pies, la plebe grita y maldice tu existencia. Te llaman hereje y escupen tratando de alcanzar lo alto de la pira donde te hemos atado. Duele ver como los que no hace tanto se inclinaban ante la solemnidad de tu figura, te desprecian y ríen tu desgracia.

Con las campanadas de la iglesia, el verdugo procede a prender la base de la hoguera. Las llamas no tardan en nacer y empezar a subir por la madera. Resulta irónico que el mismo fuego que dominabas con la facilidad que un chiquillo juega con lagartijas, vaya a ser el que finalmente te lleve con la parca. 

martes, 5 de mayo de 2015

Relatos: HANA-BI (FLORES DE FUEGO)

La historia está plagada de personas que se atrevieron a soñar con cosas inimaginables para su época. Resulta sorprendente como en algunos casos sus ideas se convirtieron, con el tiempo, en auténticas predicciones. Julio Verne escribió "De la tierra a la luna" en el año 1865, nada menos que 104 años antes de que (¿supuestamente?) el Apolo XI se posara sobre nuestro satélite. También se adelantó Stanley Kubrick, el cual rodaría con escalofriante realismo "2001, una odisea en el espacio" meses antes de que Armstrong dijese aquello de "un pequeño paso para el hombre..."

Son casos curiosos que llaman poderosamente la atención y me hacen pensar si desde siempre el ser humano ha tenido el anhelo de alcanzar los cielos, si siempre ha estado esperando para encontrar la manera. Por eso, cuando leí sobre el concurso "El hombre del cohete" de la página círculo de escritores, pensé en lo interesante que sería hacer un relato de este tipo ambientado mucho antes de que pudiera creerse la posibilidad de que aquello no sería más que una fantasía. Lamentablemente, como es habitual en mí, no llegué a tiempo al concurso y, además, me excedí de sobremanera en el límite de palabras (también muy habitual en mí). Pero no quería que la idea se quedara perdida en mis archivos viejos, así que os traigo hoy esta pequeña historia del samurai Yamamoto y su fascinación con la luna y las flores de fuego (la manera que tienen los japoneses de referirse a los fuegos artificiales).

Espero que os guste y que compartáis vuestras opiniones. Si no entendéis alguna palabra, he dejado un pequeño glosario al final del relato.

Por cierto, el excepcional relato que finalmente resultó vencedor del concurso, fue el del compañero Edgar K.Yera que podéis leer aquí.

Hana-bi (Flores de fuego)
Escrito en mayo de 2015 escuchando la banda sonora original de "Hana-bi" de Joe Hisaishi

Yamamoto se levanta cada día con la primera luz de la mañana. Prefiere pensar que es porque le gusta adelantarse a los tempraneros cantos del mirlo. En el fondo sabe que tantos años aferrado a su katana le han robado el descanso. El pájaro, aún perezoso, no será capaz de oler la sed de sangre. Por eso, cuando el azabache se torna azulado, ya se ha colocado el kimono, su fiel defensora atada al cinto.

lunes, 6 de abril de 2015

Relatos: LA CASA DE PAPÁ

Escribir una novela. Quizás el fin último de los que empezamos a escribir, un sueño que a veces se antoja inalcanzable y un reto para seguir mejorando día a día.

En mi caso, soy muy vago para lanzarme a ello (viendo lo que actualizo ya no debería sorprenderos).
"Old house" de Cindy Cornett Seigle (CC BY-NC-SA)
Además, no quiero involucrarme con un proyecto de tal magnitud hasta no estar seguro de haber aprendido lo suficiente. Pero, a pesar de mis reticencias, ideas para novela se me han ocurrido decenas. Estaba una a lo "Philipp K.Dick" de un grupo anarquista en un futuro distópico; otra de personajes estrafalarios que se reunían en una cafetería perdida del mundo; incluso tenía una historia de perdedores muy del estilo "Leaving las Vegas"... y así muchas más. De todas ellas, la que más cerca me tuvo de lanzarme a la piscina fue la de un chico que viaja por las carreteras acompañando de su desvergonzada prima paralítica y el fantasma de su padre, que parece empeñado en hacerle la vida imposible. Finalmente, en un ejercicio para un curso, me dio por adaptar lo que sería el segundo capítulo de la novela a un relato corto. Lo que salió es esta "Casa de Papá".

Recientemente ha sido el relato del mes en la web tusrelatos.com, lo que me llena de aglegría, ya que es una de las historias que más he disfrutado escribiendo, especialmente con el personaje de la prima Vicky, que es sin duda mi favorito.

Espero que os guste y os sintáis reflejados en esta 'peculiar' familia.
 
La casa de papá
Escrito en noviembre de 2014 escuchando "Azurro" de Adriano Celentano

Allí dentro el calor era insoportable.  
Aún no eran las doce y el salón estaba a rebosar. El constante ronroneo de los radiadores se confundía con las voces de la veintena de presentes que habían venido a despedirse de mi padre. A lo largo de la sala se formaban diferentes corrillos de gente, muchos de ellos junto a la mesa al lado de la ventana, dónde se amontonaban platos de pastas y rosquillas perfectamente colocados. Recordaba muchas de las caras de los asistentes, si bien había visto un par de rostros que no lograba situar. Me imaginé que serían parientes lejanos, o peor, vecinos con ganas de cotillear. A esos seguro que papá los hubiera echado a patadas.

«Sólo espero que a él no se le ocurra presentarse aquí», pensé intranquilo.

En el antiguo tocadiscos sonaba una vieja selección de clásicos italianos que llevaba puesto toda la mañana. Desde el primer momento en que había entrado en la casa, supe que eso sería cosa de la Tía Agnes. Solo ella podía ser tan hortera de poner algo así para despedir a un muerto. Y es que no dejaba ser paradójico ver a la exuberante prima Felisa llorar a moco tendido, balanceando sus pechos a cada hipido, mientras el salón se llenaba con la alegre voz de Adriano Celentano. Un pequeño escalofrío me entró por la espalda al imaginar que la siguiente pista pudiera ser un bolero.

domingo, 15 de marzo de 2015

Varios: Microrelato para el concurso MICROFANTASY II

Buenas a todos. Aunque creo que los microrelatos no son mis fuerte (contar algo con tan pocas palabras me parece harto complicado), no he querido dejar de pasar la oportunidad de participar en el interesantísimo concurso MICROFANTASY II. Aquí tenéis mi participación:

Deus ex machina

   —Ni se te ocurra hacer un final sorpresa.

De nuevo aquella voz molestando. Estaba claro que no me iba a dejar terminar el cuento.
 
   —Tú no lo entiendes, un microrelato es demasiado corto para desarrollar personajes. Tienes que dar un giro para que la gente se enganche. — le contesté soberbio.

El diminuto ser se echó a reír. Aquel tipo verde no debía medir más de cinco centímetros, pero se hacía más pesado que un elefante. Revoloteando alrededor, cual mosca cojonera, iba a conseguir que me estallara la cabeza.

       Tú sí que no entiendes — replicó entre carcajadas — ¿Ves a alguno de los grandes escribiendo esta basura efectista? ¿Te imaginas? ‘Cien años de finales sacados de la manga’...

No supe que contestar, el maldito personajillo tenía su parte de razón. Hastiado de la porfía, me tomé otro trago de whisky, a ver si así conseguía desbloquearme.

Pero entonces me golpeó, como un rayo, la idea definitiva.

   —¿Oye, y si al final todo es una ensoñación del protagonista?

El duende bajó la vista y se llevó las manos a la cabeza. Entonces, aprovechando que no me miraba, agarré el libro más pesado que tenía en la estantería.

«Aquí tienes tu final sorpresa...»

lunes, 9 de marzo de 2015

Relatos: UN FILETE PASADO

Hace un tiempo, en el post sobre “Firefly”, os hablé de las etiquetas, y como estas nos llevan, muchas veces, a los malditos prejuicios. Desde una supuesta altura moral, tendemos a ver los defectos del otro y a pensar en que nosotros seríamos más inteligentes o más dignos ante la misma realidad.
"Untitled" by espacios.vacios (CC BY-NC-ND)

En el caso de este relato, la historia nace de mis prejuicios sobre muchos adolescentes. Tantas veces he tendido a vilipendiar a esos jóvenes que parecen desperdiciar su vida con una inconsciente decisión, y tan pocas me he preguntado cuál es su verdadera realidad, en qué piensan, qué sienten.

Con esta narración traté de ponerme en la piel de una de esas chicas que, en un momento, elige un camino, uno de esos que no tienen borrón y cuenta nueva. No sé si lo conseguí, pero os aseguro que escribirlo me hizo sudar tinta china. Tres meses liado dándole vueltas a cada párrafo, buscando la manera de seguir avanzando. Y, al acabarlo, sentí un vacío enorme, pero, al mismo tiempo, supe que se acababa de convertir en mi relato más preciado. No sé si será el mejor que escrito, pero, por ahora, es al que tengo más cariño.

 Espero que lo disfrutéis.

Un filete pasado               Escrito en septiembre de 2014

 Mil gotas húmedas flotan en el aire…

Jennifer frota fuertemente el espejo con una toalla sucia. Los restos de pasta de dientes se hacen a un lado y la joven contempla su cuerpo desnudo entre el vapor. Desde hace años, cada vez que sale de la ducha, casi como si fuese un ritual, deja caer la toalla y se detiene unos instantes a contemplar su reflejo. Cuidadosamente se aparta con los dedos un mechón rubio de la cara y abre muy despacio sus párpados, maquillados de perenne violeta. Se gira despacio y recorre con la mirada su cintura, mientras imagina que, tras el cristal, un amante la devora con los ojos, deseando engancharse a sus caderas. Se muerde los labios y se le escapa una risita. Es el momento que más le gusta del día.

lunes, 2 de marzo de 2015

Relatos: MI MEJOR AMIGA

El próximo 8 de marzo es el día Internacional de la mujer. Con motivo del mismo me presenté con este relato a un concurso relacionado con el tema(por desgracia, de nuevo, no hubo suerte).

"Friendship" by Trina Alexander (CC BY-ND-NC)
Aunque me atraería el profundizar, al menos en el campo narrativo, sobre este asunto, no me voy a poner aquí a hacer una disertación de las múltiples barbáridades que pululan las librerías (Crepúsculo o a tres metros...). Simplemente desear, aunque sea un poco pronto, un felíz día a todas las mujeres, las cuales luchan día a día por hacer del mundo un lugar un poco más igualitario. Yo debo a mi madre el ser consciente del enorme camino que aún queda por recorrer en este tema. Que estamos en camino pero aún lejos de la meta.

Para ella, por supuesto, va este relato.

Espero que os guste.

Mi mejor amiga  
Escrito en febrero de 2015 escuchando "Just like a woman" de Bob Dylan

Nos conocimos un agitado primer día de rebajas.
En el instante en que Carla puso los ojos en mí, supe que saldríamos juntas de allí. Entre aquel caos de tirones y carreras por conseguir la oferta más suculenta, yo había caído al suelo y corría el peligro de acabar bajo alguno de aquellos tacones de filo asesino. Pero ella se acercó y me cogió con suavidad. Fue rodear sus brazos, notar el calor de su pecho, y sentir que ya nada podría separarnos.

martes, 24 de febrero de 2015

Relato - Homenaje: FULGOR

Dos semanas atrás se me fue alguien muy querido y no tuve ocasión de despedirme. Por eso sentía que tenía que hacer algo como forma de darle un adiós. No se me ocurrió nada mejor que hacerlo frente al papel.

La verdad es que me cuesta escribir cosas tan personales, pero creo que ella se merecía que le contase esta historia. No sabía ni siquiera como catalogarlo, porque no es estrictamente un relato, si no más bien un recuerdo.

Sin extenderme más, aquí dejo mi pequeño homenaje a la gran mujer que fue Alicia Ramos.
Abuela, te echaremos de menos.

Fulgor

Cuando me hablabas de tu padre, un brillo casi imperceptible se asomaba a tus ojos. Los mismos que normalmente vestían color madera, serenos y pacientes, tornaban en mirada de chiquilla inquieta, como si la primavera hubiese llegado de repente a sus pupilas. Aún hoy, ni siquiera sabría decirte si era algo real o producto de mi imaginación. Pero permíteme confesarte que esa pequeña chispa siempre me fascinaba sobremanera. Inmediatamente y de manera inevitable me veía contagiado de la euforia que emanaba de tus palabras, ansioso por escuchar tu relato y, en secreto, deseando que imaginaras un final diferente a la triste historia. Abuela y nieto, en un viejo sofá azul, dejando pasar las horas mientras la brisa marina entraba por la ventana. Tú, normalmente sosegada y recelosa de perder las formas, olvidándote de todo y dejándote arrastrar por la feliz ensoñación que te otorgaba el recordarle. Yo, quien siempre tuvo la impertinencia del que no sabe escuchar, aprendiendo la virtud del silencio, la tranquilidad de saber que nada de lo que yo pudiera decir en ese momento tenía la más mínima importancia. Así fueron muchas de nuestras últimas tardes.

viernes, 6 de febrero de 2015

Relatos: LA (CASI) SOLEDAD DEL (INTENTO DE) CORREDOR DE FONDO

En estos días de frío intenso (ya no sé si estoy en Madrid o en Helsinki), y un poco por llevar la contraria, he decidido poner un relato de los que pegan mucho. Uno de salir a correr, perfecto para estas fechas.
"Fear of the dark" by Stuart Anthony (CC BY-NC)

Quién no ha intentado alguna vez empezar a correr por el parque. Me cuentan incluso que hay algunos que lo hacen habitualmente. Yo no soy de esos valientes. Para mi, casi siempre es "mi primera vez" después de mucho tiempo sin tener el coraje de hacerlo. Y es que, hay algunos que no estamos hechos para el deporte. Cuando no fallan las piernas, fallan los pulmones, pero el caso es que, lo que para muchos es un paseíto, para mi se convierte en una auténtica batalla.

Esta es la historia de una de esas veces, en que un ligero trote acaba convirtiéndose en todo un viaje alucinógeno. Me visitarán mis ya queridos personajes y, ¿quién sabe?, quizá acabe enamorándome de la maravillosa voz de Jaqui (escuchadla, que merece la pena).

Sin más, os dejo con la historia. Ya, cuando dejemos de ser Siberia, a lo mejor me animo a una carrerita. Dicen que es como montar en bici, que no se olvida. Por si acaso voy a darme una terapia de oxígeno previa, que mucho no me fío.



La (casi) soledad del (intento de) corredor de fondo
Escuchando "Alone with a heart" de Jaqui Dankworth

«¡Hoy salgo a correr!»

Eso me he dicho. Que ya he engordado suficiente y la pereza ya me ha tumbado demasiadas veces. A pesar de que es una gran contrincante (campeona del mundo por KO directo al sofá en incontables ocasiones), hoy estoy decidido a salir victorioso. Aunque me gustaría no ser un superficial y luchar contra la dictadura de las tallas, cada noche tengo la recurrente pesadilla en que no me la veo, y eso puede más que cualquier idealismo.

miércoles, 28 de enero de 2015

Momentos de cine: Brokeback Mountain (spoilers)


"Jack, I swear..." 
("Jack, te juro...")



Cuando murió Heath Ledger, todos coincidieron en alabar su papel póstumo como el Joker en "El caballero oscuro". Es una opinión que comparto totalmente, pero siempre me dio un poco de pena de que pocos se acordasen del otro gran papel que había interpretado sólo un año antes. Me refiero, por supuesto, a su gran Ennis del Mar de "Brokeback Mountain". Esta escena final es uno de los momentos más emocionantes del cine americano en los últimos años, y nos demuestra que Heath era muy grande. Y no sólo por el Joker.

 

sábado, 24 de enero de 2015

Relatos: EL VALLE DE IA DRANG

Y aquí os traigo por fin mi relato de corte más cinematográfico. Ambientada en el Vietnam de 1966, la historia nos cuenta una noche de celebración en medio de Saigón. Sí, sé que suena muy tópico, pero os pido que le deis una oportunidad.

No es ningún secreto que me encanta el cine y todo lo que tenga que ver con el medio audiovisual. Ya os comenté en la primera entrada del blog que supone mi mayor influencia a la hora de sentarme a escribir. Pero lo cierto es que, con el paso de los años, me he dado cuenta que esto también tiene su lado peligroso. Y es que resulta muy fácil dejarse llevar por los lugares comunes que tanto abundan en las películas. Y es que, estos 'tópicos' de los que os hablaba al principio, pueden arruinarte un relato que, hasta el momento de su aparición, te estaba quedando de fábula. Mirando escritos de hace siete u ocho años tengo la sensación de que lo único que hacía era reproducir en papel las escenas que me habían fascinado en la pantalla. Y claro, eso hace que te salga algo impostado, artificioso, lo suficiente para que no sea algo 'tuyo'.
Por eso, cuando me puse a escribir esta historia, traté en todo momento de aportar mi propia visión del tema sin caer en los clichés de las películas que había visto sobre el conflicto.  No estaba especialmente interesado en retratar tanto la locura de la guerra en sí, como  centrarme en aquellos que la integraban. Me planteaba que, antes de que los conflictos se profesionalizaran (al menos en occidente), aquellos que eran enviados a la guerra, no serían sino chavales recién salidos de la adolescencia, los cuales seguramente estarían más interesados en coches y en ligoteos púberes que en coger un fusil. No digamos ya  de los vietnamitas, agricultores muchos de ellos, atrapados en un conflicto en el que se mezclaban luchas internas y la absurda pelea ideológica del capitalismo frente al comunismo.
OPERATION "YELLOWSTONE" VIETNAM, Following a hard day, a few members of Company "A," 3rd Battalion, 22nd Infantry... - NARA - 530617Al coger el ordenador y escribir durante dos noches seguidas, empecé a obsesionarme con huir de los tópicos que podían convertir la historia en un desastre. No en vano, no he vivido nada parecido (por suerte), por lo que era muy fácil que cayese en los lugares comunes. Leído ahora, dos años después, creo que no lo conseguí del todo. Aún así, sigo teniendo un gran cariño por esta historia. Y con sus defectos, es de los relatos de los que me siento más satisfecho. Además, fue la primera vez que me apoyé en los diálogos de una manera tan importante, algo que, a día de hoy, hago en casi todos mis escritos.
Espero que disfrutéis de esta lectura, os sumerjáis en los personajes y me digáis que os ha parecido. Se agradecen las críticas y comentarios.

Y, aunque esto suene a tópico, gracias por dedicarme unos minutos de vuestro tiempo. (Y perdonad la inactividad de estos días).


El valle de Ia Drang          Escrito en 12- 2012 escuchando "Kashmir" de Led Zeppelin y "The end"  de The Doors

Jamás olvidaré el día en que el vicepresidente Humphrey mandó una carta en la que nos felicitaba por la labor realizada en pos de la liberación de la república del Vietnam. Para la mayoría de los chicos fue una velada de borrachera interminable que acabaría bajo las sabanas de alguna prostituta, pero para mí fue la noche en que encontré a Jim Woodsbury con su rifle metido en la boca. 

—¿Qué haces aquí? —Me dijo con voz seca. —¿Por qué no te das una vuelta por ahí?

Ni siquiera se giró. Allí estaba, sentado en el oscuro tocón de un árbol talado. Tenía el rifle de asalto apoyado en el suelo apuntando verticalmente a su cabeza. Las tenues luces de la cabaña a nuestra espalda, improvisado local de alterne, apenas reflejaban una suave luz amarilla sobre nosotros. Jim miraba en dirección contraria, con la vista perdida en la enormidad de la oscuridad selvática, así que no pudo ver cómo me temblaban las piernas hasta tal punto que tuve que hincar la rodilla para no caerme. Intenté ponerme en pie, pero el cuerpo no respondió. La cabeza me daba vueltas y la imagen de mi amigo se hacía cada vez más borrosa. 
“Mierda, demasiado whisky”, pensé mientras dejaba caer la botella junto a mí.

miércoles, 14 de enero de 2015

Colaboraciones: CUESTIÓN DE NARICES de David Martín García

"Big nose!" by Valerie (CC BY-ND-NC)
"¿Tengo la nariz grande, mamá?" preguntaba el ingenuo Brian (Graham Chapman) a su masculina madre en la genial película "La vida de Brian". "Oh, deja de pensar en el sexo. Siempre estás igual, ¿les gustará a las chicas?, ¿Es demasiado grande, demasiado pequeña?..."le contestaba ella con voz cavernosa. Y el pobre chico ponía cara de circunstancia, acomplejado de veras por el tamaño de su narizota.
Como a Brian, el personaje de este relato que nos trae David Martín, también sufre de complejo nasal. Pero, también como Brian, irá viviendo un periplo en el que se descubrirá a sí mismo, conocerá las amarguras de las flechas de cupido e incluso, será perseguido por fanáticos religiosos. ¿Coincidencia? ¿Casualidad? ¿La segunda venida de Brian?
Dejando de lado la broma, sólo recomendaros que leáis este divertido cuento, que sí, tiene ese aroma Python, pero, en el fondo es puro David Martín. Así que si tenéis ganas de unas risas, ya estáis tardando.

Y además, con esta historia, damos por finalizada la saga de las seis palabras. Gracias Ángel, Eugenia, Fernando y David, por dejarme mostrar vuestros maravillosos personajes en este blog. Nos vemos en el siguiente juego literario.

P.D.: Estos días está habiendo poco movimiento en el blog. Os pido un poco de paciencia que ahora es un momento complicado para tener esto actualizado. A partir de mediados de febrero espero meterle caña.

Seis Palabras (y IV) - "Cuestión de narices" de David Martín García

Todo comenzó con la perfecta rinoplastia que redujo a una dimensión y forma normales mi colosal y amorfo naso. A todo el mundo le metí la misma bola, que lo hacía porque me constipaba mucho, que no respiraba bien y toda esa zarandaja, pero la realidad era bien distinta. Me avergonzaba ver cada mañana frente al espejo esa flácida protuberancia que ocupaba media cara.