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domingo, 1 de noviembre de 2015

Premios: "Soy el mejor del mundo mundial y que lo sepa todo el mundo"

¿Se hace "De guionista a cuentista" un harakiri?

Siempre he sido uno de esos que no sabe tener los pies en la tierra. No debería tener más de diez años y ya me estaba preparando el discurso para cuando recogiese el Óscar. Con el tiempo, lo he ido repasado muchas veces y le he ido añadiendo matices. Porque tenía clarísimo que ese día llegaría más tarde o más temprano. Vamos que de ego no andaba corto.
 

“And the winner is…” Todos rompiendo a aplaudir, conmovidos ante tal acto de justicia. Frente a la entregada audiencia cito a Kubrick, a Takeshi Kitano, y hasta me pego una marcada con Kurosawa. Y para rematar suelto algo así como "A todos los niños que creen que los sueños son imposibles, desde aquí os digo que sí, que se puede". ¡Toma discurso, Trueba!

Como veis, no tenía problema en dejarme crecer las alas. Pero tanto volar, el tiempo no hace prisioneros y te llena de piedras los bolsillos. Quizá por el peso, quizá por cinismo, me he ido dando cuenta de que no me viene mal bajar al suelo de vez en cuando, y aceptar que no soy Hitchcock reencarnado,  que no voy a tener a Spielberg pidiéndome autógrafos ni a la Scarlett Johansson persiguiéndome cual groupie rockera. Con esto no quiero decir que haya vencido mi egocentrismo. Ni mucho menos. De hecho, mi buen amigo AZG me ayuda de vez en cuando a centrarme, recordándome que no debo estar pendiente de si un relato se lee más o se lee menos. Una difícil lucha la de este hombre ante un caprichoso como yo. Bendito.

lunes, 6 de abril de 2015

Relatos: LA CASA DE PAPÁ

Escribir una novela. Quizás el fin último de los que empezamos a escribir, un sueño que a veces se antoja inalcanzable y un reto para seguir mejorando día a día.

En mi caso, soy muy vago para lanzarme a ello (viendo lo que actualizo ya no debería sorprenderos).
"Old house" de Cindy Cornett Seigle (CC BY-NC-SA)
Además, no quiero involucrarme con un proyecto de tal magnitud hasta no estar seguro de haber aprendido lo suficiente. Pero, a pesar de mis reticencias, ideas para novela se me han ocurrido decenas. Estaba una a lo "Philipp K.Dick" de un grupo anarquista en un futuro distópico; otra de personajes estrafalarios que se reunían en una cafetería perdida del mundo; incluso tenía una historia de perdedores muy del estilo "Leaving las Vegas"... y así muchas más. De todas ellas, la que más cerca me tuvo de lanzarme a la piscina fue la de un chico que viaja por las carreteras acompañando de su desvergonzada prima paralítica y el fantasma de su padre, que parece empeñado en hacerle la vida imposible. Finalmente, en un ejercicio para un curso, me dio por adaptar lo que sería el segundo capítulo de la novela a un relato corto. Lo que salió es esta "Casa de Papá".

Recientemente ha sido el relato del mes en la web tusrelatos.com, lo que me llena de aglegría, ya que es una de las historias que más he disfrutado escribiendo, especialmente con el personaje de la prima Vicky, que es sin duda mi favorito.

Espero que os guste y os sintáis reflejados en esta 'peculiar' familia.
 
La casa de papá
Escrito en noviembre de 2014 escuchando "Azurro" de Adriano Celentano

Allí dentro el calor era insoportable.  
Aún no eran las doce y el salón estaba a rebosar. El constante ronroneo de los radiadores se confundía con las voces de la veintena de presentes que habían venido a despedirse de mi padre. A lo largo de la sala se formaban diferentes corrillos de gente, muchos de ellos junto a la mesa al lado de la ventana, dónde se amontonaban platos de pastas y rosquillas perfectamente colocados. Recordaba muchas de las caras de los asistentes, si bien había visto un par de rostros que no lograba situar. Me imaginé que serían parientes lejanos, o peor, vecinos con ganas de cotillear. A esos seguro que papá los hubiera echado a patadas.

«Sólo espero que a él no se le ocurra presentarse aquí», pensé intranquilo.

En el antiguo tocadiscos sonaba una vieja selección de clásicos italianos que llevaba puesto toda la mañana. Desde el primer momento en que había entrado en la casa, supe que eso sería cosa de la Tía Agnes. Solo ella podía ser tan hortera de poner algo así para despedir a un muerto. Y es que no dejaba ser paradójico ver a la exuberante prima Felisa llorar a moco tendido, balanceando sus pechos a cada hipido, mientras el salón se llenaba con la alegre voz de Adriano Celentano. Un pequeño escalofrío me entró por la espalda al imaginar que la siguiente pista pudiera ser un bolero.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Colaboraciones: LAS VICISITUDES DE OBDULIO de Eugenia Soto Alejandre

Ayer fue día de bromas, inocentadas y titulares hiperbólicos en el periódico. Y era el día perfecto para colocar esta (gran) broma. Pero se me escapó el día, por lo que toca alargar un poco más la celebración de
los inocentes y empaparnos con este relato de Eugenia Soto, perteneciente también al 'proyecto' seis palabras, al igual que Juanetes y Carolina. En esta historia veremos como un momento de lujuria puede tener unas consecuencias bastante... embarazosas. Os animo a que leáis este divertido cuento y alarguéis el día de ayer, que nunca está de más echarse unas risas. Gracias, Eugenia, por el buen rato.

P.D.: La foto pertenece a la película American Beauty. Y es que es pensar en lujuria, y me viene automáticamente esta imagen a la cabeza. 

Seis Palabras (II) - "Las vicisitudes de Obdulio" de Eugenia Soto Alejandre

Hacía, al menos, veintitrés respiraciones que había desconectado.

Sí, la dependienta del “Rincón del creyente” se había empecinado en mostrarle el escapulario milagroso de la virgen de Coromoto que llevaba bajo la blusa y su mente dejó de procesar cualquier otra información que no fuese la aportada por su retina. Ahí, ante él, a escasos centímetros de su cara, estaban palpitando una pareja de enormes senos de los de verdad, blanditos y calientes, exhalando aroma a vainilla mientras se elevaban con cada inspiración. Ahí mismo, presos en un armazón de encaje. Tan cerca de sus labios que si no hubiese sido por su estado, casi catatónico, los hubiese mordido, babeado, sorbido… Diez minutos después salió de la tienda con 135 euros menos, una bolsita en la mano y una erección grado nueve sobre diez oculta bajo el gabán.

martes, 11 de noviembre de 2014

Relatos: DUKE ELLINGTON


"a pior banda do mundo-tá quase" by Shiko (CC BY-NC-SA)
Perseguir tus sueños. Es una frase que todos habremos oído alguna vez. Los que han tenido más suerte, quizá lo hayan hecho mientras se referían a ellos. De otros se habrán reído por el mismo motivo. Muchos habrán ido tras la estela de ese impulso incontrolable. Aún más habrán abandonado antes de intentarlo siquiera. Pero el deseo de 'algo más' lo habrán tenido (casi) todos. Y es que, el querer perseguir aquello que te llama como canto de sirena aunque no esté al final del camino recto, creo que es y ha sido siempre, innato a la condición humana.
Todo el mundo tiene sus sueños, aunque quizás aquellos de difícil alcance son los que más nos seducen en un eterno desafío platónico. Y en esas metas cuasi imposibles, muchos contamos con la suerte de que hay alguien que nos da un empujón para que el empinado camino sea más llevadero. En mi caso, tuve la inmensa fortuna de que mis padres me apoyaron cuando decidí estudiar el cine que tanto me apasionaba, el mismo que me tenía loco desde que mi tío me traía la revista "Fotogramas" y me pasaba horas leyendo sinopsis y observando planos. Y aunque ese camino no lo aproveché, de nuevo he tenido la suerte de encontrar, tras alguna que otra vuelta, un trabajo que me permite tener tiempo para desarrollar mi pasión por las historias.
Por tanto, se puede decir que aún sigo persiguiendo mis sueños, pero que el mérito de hacerlo tengo que compartirlo con bastantes manos que me han ido acompañando y guiando a lo largo de estos años. La historia que os traigo hoy es la de alguien que no tiene esa suerte, y que, aún así, está dispuesto a todo con tal de lograr su sueño. Y esos, que no tienen a nadie que les empuje por la montaña, esos son los que tienen verdadero mérito.

Embarcaos conmigo en la odisea de Sammy, el ayudante de carnicero, en esta segunda parte de las "Historias de Jazz". Si con "Coltrane" un viejo librero encontraba su inspiración a ritmo de Saxo, aquí un joven, al son de piano, convertirá la mesa de corte en un inesperado concierto.

Espero que os guste.

Duke Ellington       Escrito en Abril de 2014 escuchando "In a sentimental mood" por Duke Ellington & John Coltrane.
 
Las nubes sombrías vestían de luto todo el cielo de aquel 24 de febrero, el día que Sammy había decidido dejarlo todo y perseguir su sueño.

Esa mañana no parecía que fuese a dejar de llover. La incesante cortina de agua había vaciado la avenida principal del desfile continuo de la gente, transformando el bullicio habitual de las calles en una suerte de paisaje propio de un pueblo fantasma. A lo largo de las diferentes fachadas se podían apreciar los letreros de los comercios, que parecían ser los únicos que luchaban por acabar con la rutina cromática. Desde el pirulí blanquirrojo de la peluquería de Ana, al cartel amarillo chillón de Luis el zapatero. Sin olvidar el bermellón gastado del avión que presidía la entrada de la vieja librería ‘Barón Rojo’.

lunes, 20 de octubre de 2014

Relatos: JOHNNY CALAVERA

Hoy os traígo un relato protagonizado por un personaje muy especial. Las peripecias de Johnny Calavera han convertido esta historia en uno de los relatos a los que tengo más cariño. Espero que lo disfrutéis tanto como lo hice yo mientras lo escribía.
"Rockabilly Skull" by inkedforlife (CC BY-NC-ND)

 Johnny Calavera
Escrito en Marzo de 2014 escuchando "The piano has been drinking" de Tom Waits.

El ejido de Saint Mittre es ahora un yermo cubierto de tierra color ceniza en la que la vida parece que hace tiempo se escabulló. Tan sólo cientos de tablones de madera apilados junto a una esquina rompen la monotonía.
Algunas noches, las fogatas provenientes de las caravanas de los gitanos, dan un toque cobre y rojizo a la triste estampa en que se ha convertido el otrora colorido paisaje. 
Pero el ejido, como casi cualquier lugar, tiene su particular oasis. Entre las pilas de maderos, amontonados como un enjambre perfecto, si se sigue por los estrechos senderos que misteriosamente se van formando, se llega a una ancha vereda. Allí no hay lugar para tonos apagados. Un tapete de espeso verdor cubre todo el área, dónde crecen flores por doquier con las pigmentaciones más variadas; amarillas o azules, rojas o moradas.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Colaboraciones: "¡AY PENA!" de Rafa Maldonado

Con mucho gusto os presento la primera colaboración que nos llega a "De guionista a cuentista". Nos la manda Rafael Maldonado, 'Rafiki', y se trata de un relato corto en forma de diálogo en el que nos coloca en la fina linea que separa lo moral de lo dantesco. ¿Estamos en el lado bueno, o por el contrario hace tiempo que cruzamos esa línea?

Espero que os guste, y si es así, no os olvidéis de comentar. Rafa ha abierto la veda de las colaboraciones. Espero con ganas a los siguientes valientes.

Craft3 by Shiko (CC BY-NC-SA)
¡Ay pena!

- Perdone, puedo hacerle una pregunta?

- Si, claro, dígame.

- Verá...es un programa experimental que estamos proponiendo a algunas personas...

- Si, dígame.