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"Kansas Lightning" by Shannon Diizmang (CC BY-NC-NF) |
Al final, me queda la sensación de que, siendo muy diferentes entre sí, los dos relatos se complementan extrañamente, creando un disco del que me siento muy orgulloso. Mientras mi relato hablaba del hastío de las relaciones y la obsesión con recuperar el pasado, el de mi amigo, más complejo, nos cuenta una historia muy oscura, con historias que envuelven otras, pero que también nos habla de la obsesión como desencadenante de la trama.
Sin marearos más, os dejo con esta fantástica narración de Ángel, repleta de emociones duras e intensas al ritmo de la hipnótica canción. Os pido que no juzguéis a los personajes hasta no leer el texto completo, porque lo genial de este cuento es lo que a primera vista no se adivina.
A ver si Ángel se nos decide pronto a sacarse un blog, pues os aseguro que tiene muchísimas historias diferentes e interesantes que ofrecer.
Por supuesto, leedlo escuchando la canción de los Doors, así como la de King Crimson que también aparece en el cuento:
Gracias de nuevo Zurdo, por compartir tus escritos a través de mi página. Es un honor.
Killer on the road de Ángel Zurdo
Jim era un tipo normal que vivía con una familia normal en una casa normal de una ciudad normal. Sin embargo, las tardes de tormenta...
La primera vez ocurrió de casualidad. Apenas sintió el primer trueno, salió corriendo, se metió en su coche (un coche normal), giró la llave y pulsó el botón de encendido del aparato de música. El mp3 estaba programado en el modo aleatorio, de forma que no podía saber qué canción iba a sonar, pero allí estaban las primeras estrofas de una melodía amarga y premonitoria:
Riders on the storm (1)
There’s a killer on the road
Su preferida.
Comenzó a circular sin rumbo predeterminado bajo unas primeras gotas de lluvia que pronto se transformaron en una cortina impenetrable a pesar de que el limpiaparabrisas se afanaba en moverse a toda velocidad intentando hacer mínimamente visible la carretera. Jim continuó su camino a través del gris marengo de la lluvia y las nubes. Cada vez se hacían más frecuentes los relámpagos y los truenos, más cercanos también a aquellos con cada minuto; parecían incorporarse al ritmo de la melodía. Conducía imprudentemente, incrementaba irracionalmente la velocidad y su estado de agitación iba en aumento con cada acorde natural y musical.