
lo quiere leer del tirón. Es un texto muy largo (más del doble que mi siguiente más extenso), pero ya más de una persona me ha comunicado que prefiere disfrutarlo de esta manera.
Os recomiendo concienzudamente que lo leáis con la lista de música preparada para la ocasión. El relato se escribió con ella siempre presente, y creo que la atmósfera que quería mostrar está muy bien contenida en las letras y la música de Waits.
Playlist TOM WAITS for PIGS
Y nada más. Este ha sido un viaje agotador y ahora toca desintoxicarse. Si os ha gustado, compartidlo con vuestros allegados. Si lo habéis detestado, hacedlo con vuestros enemigos, que, como mosca cojonera, Frank no tiene parangón.
Y gracias por dejarme compartir las copas con vosotros.
— PIGS —
I - Cóctel de bienvenida
Justo antes de llegar al
polígono industrial, alejado de las calles del centro, se esconde un viejo
local, cloaca de encuentro para solitarios tristones, aventureros en busca de
la última. “Bienvenidos al mayor tópico de la ciudad”, parecen gritar sus
puertas, olvidada madera carcomida donde se amontonan termitas en tedioso
banquete. Por aquí ya no pasean ni las prostitutas y los policías hace tiempo
que dejaron de fardar de neones parpadeantes. Solamente tienen que fijarse en
el cartel colgando del tejadillo, una botella medio vacía, para hacerse una
idea del tipo de gente que van a encontrarse si se aventuran a pasar. Es
atravesar el umbral y golpearte un tufo dulzón, olor a vómito y pesimismo. Cada
vez que inunda mis fosas nasales me pregunto por qué demonios sigo viniendo a
trabajar a este decadente lugar.
Pero no es mi intención
disuadirles. ¿Me acompañan a su mesa?